jueves, febrero 02, 2006

¿Con quién nos enfadamos?

El vídeo de Telemadrid donde se puede ver una conversación privada entre Jordi Sevilla y José María Fidalgo ha traído cola. Y sobre todo, ha generado cabreo en gran parte del electorado catalán. Lo que no me queda muy claro es con quién nos tenemos que enfadar: con Jordi Sevilla -y por extensión con el PSOE- por unas palabras fuera de tono, o con la sociedad catalana. Y me explico. Lo que ha dicho Jordi Sevilla es rechazable ya que usa el término 'charnego' -es una especie de cerdo- y por lo tanto, habla en términos insultantes de un compañero de partido. Pero las reacciones tienen más miga. Todos los partidos catalanes han salido rápidamente a condenar las palabras del Ministro Sevilla. Pero en las ruedas de prensa hemos visto pocos Martínez, Pérez, Gómez etc. ¿Qué sucede? ¿Será que a los inmigrantes extremeños, andaluces o aragoneses no les interesa la política? ¿O es que quizás el electorado catalán no votaría nunca a un andaluz que lleva 25 años en Cataluña?
Egócrata argumenta que lo que realmente sucede en Cataluña es que el votante mediano en las elecciones autonómicas es muy catalanista y los partidos, siguiendo su instinto maximizador de votos, presentan a candidatos locales. Pero vayamos a los datos. En las elecciones autonómicas de 2003, el PSC/PSOE logró 1.031.454 votos. En cambio, en las elecciones generales de 2004, el PSC/PSOE alcanzó la cifra de 1.586.748. ¿Dónde están los 555.294 votantes que le faltan al PSC/PSOE? ¿Se les "comió la lengua el gato"?, tal y como decimos a los niños pequeños. En fin, creo que aquí hay que reflexionar mucho más antes de lanzarse contra unas declaraciones, que desafortunadas, pero que esconden una realidad que a lo mejor no nos gusta ver. Me decía un amigo que esto es igual como si alguien dijese que no es correcto presentar a un magrebí en Murcia o una mujer a presidenta del Gobierno. Es verdad, sería políticamente incorrecto. Pero, ¿qué podemos pensar de sociedades que se comportan así?

Comments:
Bueno, yo soy nacida en Barcelona, de apellido Fillol. Políticamente correcta como candidata a la Presidencia de la Generalitat. Y, sin embargo, mi padre y mi abuelo, también Fillol como yo, son de Cádiz...
 
Perdona compañero, pero cuidado: el primero que salió a criticar enérgicamente este desafortunado y muy desagradable comentario fue el Sr. Carod Rovira quien explicitó muy claramente que él era charnego y a mucha honra; por cierto uno de l@s político@s mejor valorad@s, votad@s y apreciad@s por nosotr@s l@s catalan@s, catalan@s y a mucha honra.
 
El señor Carod Rovira está tan orgulloso de ser nacido fuera de Cataluña, y tener un padre no catalán, que decidió eliminar su primer apellido por si a caso exista alguna duda..... Insisto, algo pasa en una sociedad cuando la gente comienza a renegar de sus apellidos.
 
Puede que se haya cambiado el apellido pero no puede saltarse uno alegremente el hecho de que salga después defendiendo publicamente a los cuatro vientos y sin pudor su "charneguismo". Que conste que cuando su triunfo clamoroso en las elecciones al Parlament Català ya salió anunciando su condición de "charnego" de manera orgullosa y hablando así mismo del origen territorial de su padre del cual se sentía también ampliamente satisfecho.
 
Además hay que informarse un poquitín antes de hablar. Fijáos que el apellido del padre de Carod es Carod y el apellido de la madre es Rovira. Consecuencia: nunca ha renunciado ni ha eliminado ninguno de sus apellidos. Única y exclusivamente lo que ha hecho es juntar sus dos apellidos (Carod y Rovira) en uno sólo (Carod-Rovira)cuando ya tenía 13 años, lejos de dedicarse a la política, en homenaje a a Rosselló-Pòrcel, que también puso guión entre los dos. O sea Carod Rovira se llama Carod Rovira, porque sus padres se llamaban así. No es ningún crimen. Podría habérselos cambiado por Rovira Carod en un intento de ser feminista si queréis. O sea que sería preferible informarse un poco antes de afirmar algo que pueda poner en duda la buena información de nuestras mentes pensantes.

Más información en:

TRANSCRIPCIÓ DEL XAT AMB JOSEP LLUÍS CAROD-ROVIRA, PRESIDENT DE LA COMISSIÓ D'ESTUDI PER A LA MILLORA DE L'AUTOGOVERN. Dilluns 3 de maig de 1999
 
Isidoro, por tu escrito se ve claro que no conoces la realidad catalana; en ese caso creo que lo mejor sería no opinar, pero ya que lo haces, déjame explicar algunos puntos:

La acepción de "cerdo" que atribuyes a la palabra charnego me parece excesiva, tanto que incluso diría malintencionada. Según el diccionario catalán (el "oficial" para el caso, pues estamos hablando de un término usado en Cataluña) la única acepción se refiere (despectivamente) a las personas de habla castellana residentes en Cataluña y no adaptadas a su nuevo país. Existe otra acepción, pero muy antigua y totalmente en desuso referida a un tipo de perro de caza. No hay pues ningún "cerdo". He oído, aunque no se si es cierto, que el mote charnego tiene su orígen en una oleada de inmigrantes murcianos en los años 20. Como curiosidad, en los años 60, en plena oleada de inmigración desde el sur, aquí se solía utilizar la expresión "murciano" para referirse a extremeños y andaluces, siendo ese calificativo totalmente sinónimo de charnego, tanto en su significado como en el sentido despectivo (que no es lo mismo que insultante). Todos estos términos dejaron de usarse desde que Pujol "sentenció" que eran catalanes todos los que vivían y trabajaban en Cataluña.

Las declaraciones de Sevilla me sorprendieron negativamente por atribuir a los catalanes una expresión desagradable que aquí ya apenas se utiliza. Hace unos días se la oí a otro político no catalán hablando de Cataluña. Parece como si desde fuera se quisiera reactivar una expresión despectiva para -subliminalmente- tachar a los catalanes de racistas o algo parecido. O probablemente es sólo una manifestación del imaginario colectivo español, en el que los tópicos siguen vivos, y en el que los catalanes siguen hablando de charnegos y siguen siendo tacaños (aunque la realidad actual sea el mayor índice de deudas bancarias).
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En cuanto a los votos, ocurre que además de izquierdas y derechas, hay "partidos de Cataluña y partidos de España", ambos con sus izquierdas y derechas, parecido a lo que ocurre en otras comunidades con carácter nacional (naciones, nacionalidades o como se quiera decir). La población está dividida en dos mitades, la de orígen catalán y la de inmigración, que incluye a los hijos nacidos aquí. Por supuesto no hay apartheid y hay mezcla, pero las oleadas inmigratorias de los 60-70 fueron tan enormes que crearon grandes zonas residenciales nuevas, dónde nada era catalán, lo cual ha dificultado físicamente cualquier convivencia, mezcla o integración. En las elecciones se manifiesta claramente este carácter bipolar de la sociedad catalana actual, y los catalanes "de orígen" votan a CiU y ERC, mientras que los catalanes "nuevos" votan a PSOE. Los otros 2 partidos menores quizá están menos definidos. La pregunta es: ¿por qué los dirigentes del PSC-PSOE tienen apellidos catalanes y sus electores no? Esto ocurre a todos los niveles, incluso en muchos ayuntamientos. Un ejemplo: primeras elecciones municipales democráticas en mi población (Sant Boi de Llobregat, en pleno "cinturón rojo" de Barcelona, entonces 70.000 habitantes, sólo 20% nacidos en Cataluña): la lista del PSC formada 100% por "Pérez, Martínez, García..." pero pusieron un cabeza de lista con apellido catalán (aunque les costó encontrarlo, pues nisiquiera residía en Sant Boi, sólo trabajaba allí). ¿Motivo?: el voto del inmigrante ya estaba garantizado, había que atraer a alguno más. Otro motivo es el menor grado de formación universitaria de los militantes de partidos obreros, que les hace recurrir a dirigentes -para entendernos- "de la aristocracia intelectual catalana" (caso de Maragall). Esto ahora ya es menos necesario, ahí están Montilla, De Madre, etc.
Y en las elecciones autonómicas ocurre que muchos votantes socialistas que no se sienten catalanes, "pasan olímpicamente". Ahí están esos votantes que echas en falta. Por ello ganan los nacionalistas las autonómicas y los socialistas las generales.

Isidoro, te preguntas al final:
"¿qué podemos pensar de sociedades que se comportan así?"
Espero que ahora hayas entendido que en este caso no es una sociedad, son dos que aún están lejos de la integración.
 
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